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¿Desde cuándo el ser es humano?

¿Humano desde cuándo?

El profesor Joe Miró Juliá considera varias opciones para intentar determinar desde cuándo un ser se considera humano, para concluir —por reducción al absurdo—  que no puede ser sino en el momento mismo de la concepción.

La justificación que en general se hace del aborto es que no se mata a una persona, pues el “conjunto de células” que se destruye es un ser vivo, pero no una persona.  Analicemos esta aseveración.

Si nosotros somos ahora seres humanos, pero un feto no lo es, quiere decir que en algún momento pasa de ser “no humano” a “humano”.  Este es un cambio en la esencia del ser y debe estar provocado por algo.  En la legislación el cambio se da a veces con un periodo de tiempo: a las 14 semanas de la gestación, por ejemplo.  Este cambio es puramente arbitrario y subjetivo.  Puede ser legalmente conveniente definirlo de esta manera, pero un reloj no puede ser el que provoque un cambio de no humano a humano.  El cambio debe ser en la criatura misma, luego es un cambio biológico, y debe ser único, esencial –cambia la esencia del ser–, objetivo y perceptible.  ¿Qué puede ser?

Aceptemos que un bebé que está llorando o mamando en brazos de su madre es un ser humano, luego el cambio ya ha tenido lugar.  Vayamos hacia atrás.  ¿Puede haber sido el cambio el corte del cordón umbilical?  Dificilmente, pues el corte del cordón (o su caída de forma natural) no modifica la esencia del bebé: podría estar llorando o mamando en brazos de su madre con el cordón umbilical aún intacto.

¿Podría ser cuando empieza a respirar, cuando llora por primera vez?  Es, desde luego, un momento muy emocional para los padres, pero no parece que haya ningún cambio en la esencia del bebé.  No es muy distinto a la primera vez que que se alimenta, o que abre los ojos, por ejemplo.

¿Podría ser cuando sale del vientre de la madre?  Otra vez, un momento muy emocional: es la primera vez que sus padres lo ven.  Pero es una mera traslación de un sitio a otro.  Si ese es un cambio esencial, también lo sería la primera vez que sale del hospital, o entra en su casa.  No, no es eso.

Otro hito que se suele mencionar es cuando la criatura se hace viable, es decir, cuando es capaz de vivir fuera de la madre.  Esto no puede ser un cambio esencial pues depende de avances técnicos y médicos: no puede ser que una criatura no sea persona en algún país con pocos recursos médicos, pero sí que lo sea si su madre cruza una frontera.

¿Y qué tal cuándo le late el corazón por primera vez?  Otro momento muy emocional: ver y oír el latido del corazón de tu criatura.  Pero mirado racionalmente, es simplemente un músculo que empieza a moverse.  Si el que empiece a latir el corazón es un cambio esencial, también lo sería la primera patada.  O cuando empieza a funcionar su hígado.  Si uno es un cambio esencial, todos lo son y no puede haber más que un cambio de “no humano” a “humano”.

Estudiemos ahora un cambio mucho más prometedor: cuando se inicia la actividad cerebral.  Es mucho más prometedor, pero presenta problemas graves.

Para empezar, no puede ser cualquier actividad cerebral: las cucarachas también la tienen.  Más que de mera actividad, nos estamos refiriendo a la consciencia.  Pero no sabemos qué es la consciencia.  Sabemos que la tenemos, pero no sabemos por qué.  Luego no podemos identificar el momento en el que se pasa de actividad animal a humana.  Y finalmente, esta consciencia se puede perder y recuperar: por anestesia o enfermedades o accidentes.  Una persona en coma no es menos persona.

Luego este cambio neurológico tampoco puede considerarse el que cambia el ser a humano.

[Durante] la concepción […]  se pasa de dos semiconjuntos a un conjunto cromosómico completo.  Se pasa de dos células que no pueden reproducirse y que no pueden sobrevivir más que unas pocas horas a uno que empieza inmediatamente a dividirse, que crece, que se une a la madre, que desarrolla órganos y músculos y huesos y cerebro y corazón.  Es un cambio esencial, objetivo y perceptible.

Y ya sólo nos queda un cambio: la concepción.  Y este es un cambio único, objetivo, perceptible y es esencial.  Biológicamente se pasa de dos semiconjuntos a un conjunto cromosómico completo.  Se pasa de dos células que no pueden reproducirse y que no pueden sobrevivir más que unas pocas horas a uno que empieza inmediatamente a dividirse, que crece, que se une a la madre, que desarrolla órganos y músculos y huesos y cerebro y corazón.  Es un cambio esencial, objetivo y perceptible.

Esta reflexión nos lleva a que la persona, el ser humano, se crea en el momento de la concepción.  Y por lo tanto, abortar en cualquier momento, sea con la píldora del día después o con métodos conceptivos abortifacientes, sea en un abortorio, es provocar la muerte de un ser humano.

Joe Miró Julià 
Miembro de AENUI (Asoc. Enseñantes Universitarios de la Informática)

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