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Cuadro de Elwell - Padres con un bebé recién nacido

Sinsentido

La periodista Carmen Zuza describe en este artículo la situación de incoherencia tan profunda en que vivimos, en la cual los que alzan su voz por la verdad son condenados y los que promueven la muerte son en cambio alentados y aplaudidos.

Imagínense un país en el que cada año se realizan más de 100.000 abortos. Un país cuyo presidente se desentiende de los futuros ciudadanos y que no fomenta ayudas a la natalidad para que los jóvenes puedan tener hijos. Un dirigente que claudica pensando en que no hay más alternativa al envejecimiento poblacional que traer 255.000 extranjeros cada año desde ahora hasta el 2050. Un lugar donde cientos de colegios, institutos, escuelas y universidades tendrán que cerrar en un futuro próximo a consecuencia de las aulas que se quedarán vacías por los millones de niños que no hemos dejado nacer. Imagínense un país que no defiende a los más débiles y vulnerables -bebés no nacidos, enfermos y ancianos-. Donde incluso se quiere perseguir con penas de cárcel a aquellos que tratan de dar otra alternativa a las embarazadas que están pensando en abortar cuando se dirigen a una clínica abortista.

Por desgracia, no hay mucho que imaginar. Es la triste realidad que vivimos actualmente en nuestra querida España.

Hace tan solo unos días salió la noticia de que el grupo socialista en el Congreso de los Diputados ha presentado una proposición de ley orgánica para incluir un precepto en el Código Penal para pedir penas de cárcel a los provida que se acerquen a las puertas de las clínicas abortistas. En concreto, entre 3 meses y un año de prisión o entre 31 y 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad (¿qué mayor trabajo hay en beneficio de la comunidad que el de salvar vidas?) son las penas a las que serían condenados, aunque ni siquiera hablen directamente con las embarazadas que se acerquen a los abortorios. Los grupos provida han organizado una recogida de firmas para poner fin a este sinsentido.

¿Dónde está la libertad de expresión? En España se ha visto que no todos pueden expresarse libremente, solo algunos. Los que alzan la voz en medio de esta cultura de la muerte que nos está asfixiando y deshumanizando se arriesgan a penas de cárcel. Es el mundo al revés, es una auténtica aberración. Las únicas beneficiadas son estas clínicas que ven cómo aumentan sus cuentas corrientes. Es un negocio macabro que evita a toda costa que los provida hablen con las madres porque, si éstas cambian de opinión y siguen adelante con su embarazo, son menos vidas sesgadas con las que lucrarse.

Los que alzan la voz en medio de esta cultura de la muerte que nos está asfixiando y deshumanizando se arriesgan a penas de cárcel. Es el mundo al revés.


Si me permiten hablar del ámbito personal, me gustaría compartir una experiencia que viví hace unos pocos años y que viene a colación de la defensa de la vida, un don que se nos ha regalado y que nadie nos puede arrebatar. Soy madre de cuatro hijos. El segundo de ellos ya está en el cielo y no pude conocerle porque lo perdí al mes y medio de embarazo. Espero poder verle en la Eternidad y darle todo el cariño y el amor que en la Tierra no he podido entregarle.

En aquella época, mi marido y yo vivíamos en el extranjero y nuestro hijo mayor tenía menos de un año. Me quedé embarazada por segunda vez pero, al tratarse de un embarazo ectópico, me dijeron que era muy peligroso para mí y que me tenían que operar de urgencia porque el bebé se había quedado en una de las trompas de Falopio, en lugar de en el útero. Le dijimos al médico que lo más importante era la vida de nuestro hijo y que, si había alguna posibilidad de que estuviese vivo, por pequeña que fuese, lo primero era él y le pedimos que hiciese lo posible por salvarle. El médico, que nos apoyó totalmente, nos dijo que para él la vida también era siempre su prioridad. Sin embargo, tras realizarme una serie de pruebas, comprobamos que desgraciadamente el bebé ya no estaba vivo.

Fue una pena muy grande pero, ese hijo del que me acuerdo muchísimo y que en casa llamamos “el angelito”, solo nos trajo bendiciones. Consiguió unirnos aún más a su padre y a mí como matrimonio; no me tuvieron que extirpar la trompa e incluso cinco meses después me quedé embarazada de nuestra tercera hija y, dos años después, de la más pequeña.

Con esto quiero decir que cada vida, desde el momento de la concepción hasta su muerte natural, es inmensamente valiosa. Somos únicos e irrepetibles. Aunque la cultura de la muerte parece que va ganando terreno, la vida siempre prevalecerá.  

Carmen Zuza Ruiz de Alda
Periodista


Esta entrada tiene 9 comentarios

  1. Efectivamente, el mundo está al revés. En vez de defender la vida, se atenta contra ella, especialmente contra la vida del más débil. Ahora más que nunca hay que rezar mucho.

      1. Gracias por compartir tu historia personal Carmen. Tienes toda la razón esta pelea entre la cultura de la muerte y de la vida continua. Pero con testimonios como este estoy segura que puede cambiar mentalidades. Muchas gracias

  2. Superproducción de leyes en nuestro pais, unas innecesarias y otras dramáticas(aborto, eutanasia) y ahora le dan la puntilla con el nuevo artículo del Código Penal. El combate también se hace con estos artículos. Adelante!

    1. Cada hijo es una bendición y un don y cada aborto es un fracaso de una sociedad que no quiere ponerse al lado de los más débiles y vulnerables y mira para otro lado y alardea de progresista Cada ser humano tiene la misma dignidad en la semana 4 de gestación como al mes de nacido

  3. Exactamente Carmen, es realmente asombro el nivel de confusión, mentira e indiferencia que ha alcanzado nuestra sociedad respecto a la vida . Los que practican, fomentan o promueven el aborto parecen no querer ver, ni oír ni saber que un embrión que está desarrollándose en el útero materno, es un ser humano. Un ser humano que ya existe, ya vive, su corazón ya late, tiene vida, solo necesita el tiempo suficiente en el seno materno para poder crecer y madurar. No permitirle nacer, es matar a un ser humano, así de simple y así de claro.
    Yo me pregunto si en lugar de invertir tiempo y recursos fomentando el aborto y protegiendo a sus partidarios, no sería más lógico, más conveniente, más humano ayudar a las madres que están en esas situaciones, lo cual no solo beneficiaría a las madres y a sus hijos sino también a todos nosotros, nos haría probablemente mejores, más humanos.

  4. Felicidades por el artículo y gracias por compartir tu experiencia personal.
    Empezaron intentando vendernos que el aborto es un derecho de la mujer y ahora quieren convertirlo en una obligación. ¿Por qué si no negar la oportunidad de ayuda o el acceso a la información?

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